Natalia Lafourcade – Natalia Lafourcade – 2002

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En aquellos días observaba, en tv abierta, el video de una chica menudita “Busca un problema”, en el cual proyectaba picardía y destellos de un pop chévere.

El LP debut de la pequeña compositora, estaba muy influenciado por el bosanova, el rock alternativo e incluso mencionaba a Radiohead y Sigur ros dentro de sus gustos.

Se puede registrar a “Busca un problema”, “En el 2000”, “Otra vez” y “Georgina” como temas radiales pero aceptables; a “El destino” “Mirame, mirate” y “Mango” como lo más cursi y desatinado; dejando a “Elefantes”, “Te quiero dar” y “Mañana olvidare” como genuinas piezas de imaginación y capacidad.

Un disco que se torno sobre-estimado y estrujado por el medio mexicano, urgido de nuevos ídolos, prácticamente todos los sencillos se colocaron como hits repetitivos en la programación de las estaciones de FM.

Gradualmente la habilidad musical de Lafourcade se iría disolviendo de manera terrible, por lo menos al tropezar con su tercer disco.

Frank Black & The Catholics – Black Letter Days – 2002

 

La combinación Thompson – Catholics, mantuvo una severa inclinación hacia el Alt- country; como algunos le llaman a las melodías que mezclan la guitarra acústica, con el piano, el pedal steel guitar, además de los usuales (bajo y batería).

Desde la abridora Black Rider uno nota la intención de Black de hacer música temperamental, sin ningún interés de crear concepto. Al final es como una sesión de canciones logradas desde el primer ensayo.

Una miscelánea de melodías que van desde el blues vehemente California bound, Cold heart stone, Black letter day, I will run after you; la nobleza del country Valentine and Garuda, End of miles, The farewell bend, southbend bevy; el rock nostalgico How you were so far, True blue, 21 reasons y hasta improvisaciones tan delirantes (pero geniales) como 1826, Whispering weeds y la versión surf de Black rider.

La que se lleva mi eterna gratitud es la épica Jane the queen of love; esa primera introducción, la segunda parte que aumenta el numero de riffs y la forma en que se dirige hacia la explosión vocal, del gritón de Frank.

Black no dejo de grabar en dos pistas (por lo que se sabe hasta ahora), ha tratado de mantener el rigor de realizar los discos; más como una única actuación, que como un proyecto de formulas por mejorar.

The Hives – Veni, vidi, vicius – 2002

La historia de los Hives, ya tenía un buen recorrido y algo de reconocimiento en Europa; antes de este álbum, que significo el portazo para su entrada a América.

Hate to say i told you so hizo la presentacion (in)formal, de un grupo que no tenia mayor respaldo que sus actuaciones en vivo, y de ahí lo demás se volvió más fácil para los escandinavos.

La verdad, es que no se trataba de un disco con un “One hit wonder”; temas como: Die, all right; Outsmarted; Main ofender; Declare the guerre nucleaire; Inspection wise 1999 y Supply and demand, ocasionan que todo pase como una ráfaga garagera.

Este veni, vidi, vicius despojó a otros grupos de cierta atención (entiendase: The Vines, The Strokes, Kings of leon y hasta a los sobrevaluados White stripes).

La fuerza de The Hives se iba a tornar célebre después de verlos en vivo, su ritmo agotador y la empatía que alcanzan Pelle Almqvist y Nicholaus Arson en el escenario.

Punk garage en un nivel muy denso, como debe de ser.

The Coral – The Coral – 2002

Coral es uno de esos grupos, de los que se te aparece en un video; curiosamente, deja de ser transmitido, hasta que lo vuelves a encontrar en un disco.

Precisamente eso fue lo que me paso, después de ver el video del oso Dreaming of you; un año después me encontré con la primera obra de los de Liverpool. Lo cual no solo me presento un álbum estupendo, de sonidos añejos, a veces gracioso y muy psicodelico; sino además, mostrarme el calibre de este conjunto de músicos (sobre todo, al tratarse del inicio de su carrera).

Haciendo hincapié en piezas como I remember when, donde lo primero que se nota es la intensidad de Skelly en su interpretacion, el cambio de ritmos en Simon diamond, la poderosamente alucinadora Goodbye; las ingeniosas: Waiting for the heartaches, Skeleton key y Badman; ultimando con Calendars and clocks (y un track oculto).

Un debut muy agasajador, que no muestra debilidad, ni pretensión mayor, que la de entregar un momento divertido. 

Broken Social Scene – You Forgot It In People – 2002

Seamos francos y directos: Broken Social... no me parece ese gran prodigio de la presente década, ni tampoco un grupo limitado, solo es congruente en la forma de concebir su música.



You forgot it in people, proporciono uno de los mejores álbumes del 2002, debido al progreso de lo que fue su debut Feel good lost hacia este LP, de enormes cualidades.

De hecho, este comienza recordándonos el sonido de su antecesor en Capture the flag, después aumenta la intensidad, formando distorsiones con guitarras electricas y violines en KC Accidental, de ahí pasa a la semi infantil Star and sons; solo para conducirnos a una de las mejores piezas de su discografía, la caóticamente fascinante Almost crimes (radio kills remix) con la participación de la más que talentosa Leslie Feist.



La lista continúa con Looks just like the sun acompañada de coros, guitarra acustica, percusiones ligeras y la voz lúcida de Drew; la atinada serenidad instrumental, la adición de diversos sonidos de Pacific theme, Anthems for a seventeen years old, cause= time, late nineties bedroom rock forth, shampoo suicide (este estilo desencadenaría un grave influjo sobre varios grupos contemporáneos).



El bloque final Lover’s spit, Im still your fag, pitter patter goes my heart, solo emplea un poco de suntuosidad al disco, no hay gran alboroto que digamos.



Agregando a Emily Haines, James Shaw, Evan Cranley, Justin Peroff y Amy Millan (entre otros tantos que entraron y salieron) a la banda para complementar las presentaciones en distintos escenarios, You Forgot in People se convirtió en el mejor pretexto para contemplar a este colectivo, en su abundante manejo de instrumentos y el arrojo que tuvieron para lograr semejante ascenso.

Spoon – Kill The Moonlight – 2002

El hecho de que Spoon aparezca como uno de los grupos predilectos del autor de este blog, no es cosa de capricho (bueno, en realidad sí lo es), se debe a su intachable y audaz discografía.

Kill The Moonlight ha sido junto a Gimme Fiction y Gagagaga, dueño de una gamma de canciones experimentales, deslumbrantes y sensacionales (donde los loops tienen una función crucial, Britt Daniel cambia los tonos y niveles de su voz, conjuntamente la incursión de nuevos sonidos).

Después de lo que fue el sonido semi refinado de los texanos en Girls Can Tell. A partir de este punto Spoon comenzaría a reclamar la atención en la originalidad de su propuesta.
¿Que más se puede pensar? Al escuchar temas tan intrépidos como Small takes, The way we get by, Stay don’t go, Paper tiger, Don’t let it get you down; asimismo de piezas que reflejan la aclamación merecida (escuchese: Something to look forward, Jonathon Fisk, You gotta feel it, Someone something, Vittorio E).


Es lo único que exige este LP: aguzar los oídos.

Hot Hot Heat – Make Up the Breakdown – 2002

La popularidad de los HHH se detonó a partir de este LP lanzado en el 2002, con el merecido éxito que le trajeron sencillos como Bandages y Talk to me dance with me, tiempo después, en los primeros meses del 2003.

Cargados de synth pop, funk y dance punk como componentes de su estilo locuaz y pegajoso; este Make up the breakdown se convirtió en un debut muy bien recibido por la critica, las listas de popularidad y favorito de las radiodifusoras americanas.

Naked in the city; No, not now; Oh, Goddamnit; Aveda; Talk to me dance with me; Save us SOS e In cairo; hacen alarde de cómo debe ser cada sencillo: atractivo y privilegiado.

Graham Coxon – The Kiss of Morning – 2002

Posteriormente de un legendario Golden D (2000), de un extravagante Crow Sit on a Blood Tree (2001), del severo rompimiento con blur. Coxon volvería más desorientado, aunque más pensativo y afligido en su siguiente disco.

Bitter tears es una melodía fina, triste y al mismo tiempo fascinante.

How much do you need?
Bitter tears
Give me love and see me bleed
Bitter tears
Please dont hurt me tonight
Bitter tears
I've lost the will to fight
Bitter tears

Las abrasivas composiciones Escape Song, Live line, Song for the sick; esos blues naturales Locked Doors, It ain’t No Lie, Walking down the highway; las flotantes Just be mine, Do what you’re told to; además del country blues Mountain of regret.

Para concluir un álbum que circula en la amargura, la traición, las adicciones y la asfixiante soledad; Good times hace el cierre desde una nostalgia crónica.

Un trabajo sutil, con el mismo nivel, al que nos tiene mal acostumbrados este multi–intrumentalista.

Frank Black & The Catholics – Devil’s Workshop – 2002

En la discografía de Charles Thompson es delicado destacar una obra sobre otra; ya sea como Black Francis o Frank Black; con o sin los Catholics.

Sin embargo, Devil’s Workshop es uno de esos LP difíciles de dejar de escuchar una y otra vez Junto a Honeycomb (2005), es una de sus colecciones donde el rock se concentra de forma magistral con el blues y el country.

Con un fuerte comienzo de blues en Velvety y Out of state; conducidos por una guitarra eléctrica invulnerable (la complicidad de The Catholics es magnifica).

His Kingly Cave podría señalarla como una de esas melodías, que demarcan en la perfección, además de ostentar una hermosa distorsión de guitarra.

San Antonio TX cambia un poco el ritmo, agregando un formidable country blues a nuestros oídos.

Bartholomew de las que más dominan con sus inquietantes riffs; la fabulosamente cambiante Modern Age; El blues cantinero se hace presente en piezas como Are you headed my way? y Whiskey in your shoes; Heloise con el sonido más cercano a los pixies (ha de ser por los coros); el rock épico en The Scene; la cerradora y sutil (como debe de ser) Fields of Marigold.

Muy a mi parecer, el mejor disco en colaboración con los Catholics (y eso que ahí esta el grandioso Dog in the sand); pero, yo soy el que se arriesga a recibir un puñetazo en la mandíbula al expresarlo.

The Notwist – Neon Golden – 2002

Hay días en los que me pregunto:

¿Porqué me enredo con estos discos?

Con un repertorio desenvuelto en el genero electrónico, con algunas guitarras eléctricas, vientos (flautas) y otras curiosidades. Este Neon golden es un tanto extravagante, experimental e impredecible; hay algo en sus melodías que me mantienen absorto.

¿Por qué lo pongo?

No sé, espero que alguien que lo escuche, me lo revele después.

Mando Diao – Bring ‘Em In – 2002

¿Que puedo decir de estos escandinavos?

¿Que su debut fue exaltado con justa razón?

¿Qué Sheepdog ha sido uno de los mejores sencillos que he escuchado?

¿Qué presentaron dos arrebatados vocalistas en este álbum?

Bring ‘Em In destila todo el garage rock que se puede articular sin precipitarse en la redundancia, excelentes melodías sesenteras, blues entrañables; es decir, un disco, poco solemne; sin embargo, con gran energía y pasión.

Así como ya han de sospechar, este es un disco obligatorio, lo exigen temas como: Sweet ride, Motown blood, The band, To china with love, Paralyzed, Mr. Moon y las que sientan de la misma manera.

Doves – Last Broadcast – 2002

Es difícil abordar el sonido que describe a los Doves, es bastante calmado, refulgente y helado.

Esta “última transmisión” es uno de esos pocos que provocan una primera impresión muy grata; más tarde, al escucharlo en subsiguientes ocasiones despierta nuevas sensaciones y se mantiene ese sonido incomparable, muchos han tratado de obtener, gloria del reflejo de melodías como Words, There goes the fear, Where we’re calling from o un Caught in the river, pero el más imitado (nunca igualado) se llama: Pounding.

Un álbum más optimista que su debut (Lost souls); sin embargo, tan frío y majestuoso como un castillo de hielo; o mejor aún, como una aurora boreal.