La chica Feist (bueno, ya no tan chica), liberó este 2011, un disco diferente a lo propuesto y logrado a The Reminder.
The bad on each other como inicio, termina siendo la más débil, cuestión con la que muchos comienzan por demeritar este tercer plato, Leslie le resta prioridad a los jingles involuntarios y la ternura característica, pues en Graveyard es donde la cosa se pone interesante.
Caught a long wind propone un lapso imperturbable muy bello; How come you never go there regresa el estilo juvenil de obras anteriores; A commotion si se me permite la comparación… me lleva de forma inevitable al estilo cucharo, que en este caso la que coloca y mueve las cacofonías es la talentosa canadiense. The circle married the line, Bittersweet melodies, y Anti-pioner es una travesía muy afinada por la voz de su autora, aquí es donde algunos pueden decir que el disco se embala hacia lo predecible; sin embargo, brota Undiscovered first donde se descubre el mayor mérito de este tercer proyecto, Cicadas & gulls no quita la nostalgia del renglón y posiblemente queda desapercibida por lo que se escucha en Comfort me y Get it wrong, get it right.
Sin hacer una diferencia desmedida a otros trabajos, ni caer en fruslerías de la “ahora descubierta” indie fashion; Feist en un talante audaz y todavía correcto, nos manifiesta como afrontar sus inquietudes creativas y dar un avance significativo de su estilo, ya sea como intérprete o mejor aún: como compositora.
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