Con Jeffrey Scott la cuestión es totalmente diferente, después del éxito de Grace en el 94, el reconocimiento de la crítica fue inmediato y en vida. Realizo una gira exhaustiva de casi dos años, en el 96 se hundió en un anonimato voluntario (para proteger su integridad artística) y en el 97 murió trágicamente durante la temprana y difícil elaboración de su segundo LP.
Grace es una obra de arte, por donde quiera que se le escuche, no tiene medios términos; detona piezas tanto oscuras como conmovedoras, composiciones increíblemente placenteras, un rock melódicamente fascinante y una voz perfecta.
Grace es el álbum angloamericano más emulado por diversos aspirantes ingleses débiles.