La trascendencia de Arcade Fire en la década pasada fue tal… que el interés por el tercer álbum: fue exagerado, demasiado anunciado e inundado de alabanzas baratas.
La propuesta o aportación de esta buena banda, ya se había consolidado con “Neon Bible”; dejando atrás el complejo del debutante exitoso; y precisamente por ello, a la salida de The Suburbs, muchos se apresuraron al agregarse a la campaña virulenta de: “Igual o mejor que el OK Computer”.
Al abordar con la primera The suburbs las notas de esa pianola causa una hermosa serenidad que se torna preocupante (¿Será que este disco ha comenzado con la mejor composición?); le sigue Ready to start (al mismo talante en que lo hace Keep the car running después de Black mirror en Neon Bible); Modern man es lo que podríamos llamar lo nuevo en el estilo de este multi-conjunto (en mi opinión: de lo mejor); Rococo nos recuerda los ardores barrocos de los Butler (creo que dura de más); Empty Room me parece la mejor canción enlace que he escuchado en mucho tiempo (lo malo es que acá no articula nada), City with no children aletarga lo que ya había hecho( y muy bien) Empty Room.
Half light I y Half light II (¡¡y sí!! el disco se mantiene a media luz).
Suburban war inicia el lado B de este concepto, la letra nos ubica en la adolescencia (los antiguos amigos han cambiado); Month of may aumenta la intensidad, Wasted hours hace buen cambio pero Deep blue atribuye mucho más, exhibiendo a las anteriores.
We used to wait otro mantra (demasiados en este compilado), las 2 Sprawl logran encaminar a lo que será el reprise de The Suburbs.
The Suburbs es una idea poco arriesgada, autocomplaciente y sobrada (fragmentos sobre fragmentos); para aquellos que encontraron mucho en Funeral y Neon Bible, no temerán en asegurarles que, la tercera obra de Arcade Fire es buena, pero inferior en presencia, desconcierto e ímpetu. Propiedades que hicieron a muchos: adictos a la música de este colectivo.
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